Alguna vez has escuchado el término «Sembrar la sangre», si no te sientes identificada no te preocupes, es un ritual que practicaban nuestros ancestros hace cientos de años pero quedó relegado en la historia del linaje femenino.
Alguna vez has escuchado el término «Sembrar la sangre», si no te sientes identificada no te preocupes, es un ritual que practicaban nuestros ancestros hace cientos de años pero quedó relegado en la historia del linaje femenino.
La copa menstrual es un recipiente hecho en silicona médica hipoalergénica, que se inserta al interior de la vagina durante los días del período menstrual. A continuación te contamos 5 razones para que te pases a la Copita Menstrual. read more
Si pensamos que el 8 de marzo es una fecha para recibir regalos, deberíamos detenernos a comprender la historia para resignificar su verdadero sentido. No deberían celebrar la muerte de cientos de mujeres trabajadoras en condiciones inhumanas, sin protección a la maternidad, con tratos despectivos y bajo salarios míseros, porque dentro de todo, el 8 de marzo es un día para perpetuar la lucha que las guerreras alrededor del mundo han mantenido para que hoy podamos disfrutar algunos derechos.
Tenemos que entender que las mujeres hemos sido víctimas constantes de una sociedad patriarcal que controla y nos amenaza para no emancipar, por eso a pesar de la lucha y la organización de miles de mujeres obreras, hoy prácticamente se celebra una fecha comercial donde los hombres regalan flores y desvirtúan la lucha por la igualdad de género expresando amor romántico y dominante a una mujer sumisa, bombardeada por la publicidad que quiere cambiar su cuerpo y proyectar la imagen de mujer exitosa, donde hasta ahora las luchas ganadas sólo representan el derecho al voto, el acceso a cargos públicos y el derecho a usar falda y bikini como legado de emancipación femenina.
Por eso éste y todos los días, en la comunidad Ágata rechazamos todo tipo de violencia contra la mujer, con que podamos sentirnos seguras, respetadas y valoradas es más que suficiente para empezar a hablar de igualdad de género. Utopía o no, es un sueño que millones de mujeres en el mundo tienen, todas queremos vivir en un mundo seguro, sentirnos a salvo en familia y en pareja.
Mientras las mujeres esperen un regalo de su hombre ése día y no levanten la voz para callarlo cuando las maltrata o las golpea, seguiremos siendo desiguales. Mientras nos cosifiquen y nos sigan juzgando por nuestro comportamiento, mientras existan los concursos de belleza, los estereotipos, la dependencia emocional, la desigualdad salarial y profesional y mientras penalicen el aborto y perpetúen el miedo en nosotras, no seremos libres en nuestros cuerpos, la lucha es de cada una por eso el 8 no se celebra, se grita a todo pulmón el deseo de un trato igual.
Que levante la mano la primera mujer, o ser menstruante que crea que se las sabe todas en materia de menstruación. Hemos sido víctimas a lo largo de los siglos de una irregularidad generalizada al ser evaluadas y señaladas a partir de la química del cuerpo masculino, ése ha sido el organismo de medición más cercano al nuestro y por eso vivimos en un sistema que no nos entiende y eso nos frustra.
Sí partimos del hecho de que las mismas mujeres desconocen y callan sus procesos biológicos a nivel social, es porque hay un problema a nivel educativo y cultural que aqueja a la población colombiana. En resumidas cuentas, un país maravilloso que carece de educación sexual de calidad en los colegios y perpetua el tabú menstrual en los hogares.
Y para no irnos muy lejos, un ejemplo de que la sociedad necesita una reordenación en materia de menstruación, tomemos como referencia la canasta básica familiar. Se supone que algunos productos de primera necesidad no pagan el impuesto al consumo, porque justamente son imprescindibles para el consumidor. Ahora pregunto si un periodo menstrual cada 29 días, que acompaña a una mujer durante 40 años no es suficiente motivo para que eliminen el IVA y cotidianicen de una vez por todas un proceso natural. Con esto ratificamos que para el gobierno no somos tan importantes porque los hombres no menstrúan y en la mayoría de los casos son las madres solteras, o las jóvenes trabajadoras de estratos bajos las más afectadas por el alza en los precios de los productos «rosa».
Lo interesante desde el enfoque de género, es que las mujeres somos un negocio redondo. Nos vulnera el sistema, la publicidad y los medios para que seamos sumisas, nos venden productos innecesarios porque somos cuerpos defectuosos en busca de la perfección. Nos matan en la calle por llevar una falda, nos atacan por no encajar en el sistema patriarcal si nos bronceamos en tetas y aun así contribuimos anualmente la suma de $202.097 millones por menstruar, como si ya no fuera suficiente tener que ganar menos del 20% en materia salarial y profesional frente a los hombres.
Con esas brechas hablar de igualdad es lejano, debemos empezar a cotidianizar lo natural, porque no puede ser que habitar tu cuerpo sea un privilegio del que no te dejan disfrutar.
Tal vez habrás escuchado que durante el periodo menstrual es preferible NO tocar o cocinar ciertos alimentos. Ese ha sido uno de los mitos urbanos más sonados durante años. La verdad es que a pesar de las creencias, quisimos solventar si la mayonesa se corta cuando se tiene la menstruación y encontramos una respuesta.
Como sabemos, la mayonesa es una salsa hecha a base de aceite y huevo, por lo que su misterio está en batir simultáneamente mientras se agrega el aceite. Aunque no hay evidencia científica del mito, sí es una historia que llevamos cargando durante largo tiempo.
Existen otras razones para que la mayonesa se corte y no tienen que ver con la menstruación. Echar el aceite demasiado rápido, aumentar las revoluciones necesarias para que la mezcla se fusione, dejar rastros de otros líquidos, batir demasiado rápido o que el huevo no esté a temperatura, son errores comunes para echar a perder esta salsa. Tras una prueba casera comprobamos que no se corta y sería genial que lo probaran ustedes en casa.
Lo ideal alrededor de este artículo, sería ir desmitificando este tipo de información que lleva años torturando nuestras cabezas, además es carente de validez y la invitación es animarlas a usar métodos alternativos y ecológicos como la copa menstrual, una solución práctica y cómoda para la mujer que quiere cuidar su cuerpo.
Generalmente habrás leído artículos relacionados a la copa menstrual y a pesar de que acá también vamos a tocar el tema, la perspectiva planteada abarca una mirada hacia el interior.
De lejos podría parecer extraña su relación, pero a lo largo de tres años de investigación con mujeres colombianas de distintos estratos sociales, edades y niveles educativos, algo sí he evidenciado. La mujer que se atreve a usar la copa menstrual está hastiada de las molestias físicas, las irritaciones, las descargas inesperadas y los riesgos íntimos de usar toallas y tampones desechables. Aquellas que se arriesgan a probarla, deciden librarse de la industria sanitaria, porque quieren sentirse libres de productos desechables y sus molestos efectos secundarios.
La copa menstrual es un oasis en medio del desierto de desinformación en el que estamos, porque la menstruación es solo un proceso natural que atraviesa cada mujer y socialmente morimos de pánico solo al pensar en mancharnos en público, por eso los productos de higiene femenina venden una imagen de seguridad en su campañas, así con el tiempo uno se acostumbra a las manchas, los olores, la irritación y hasta la infección. El sistema nos controla desde nuestros úteros, nos invita a ser sumisas, a no saber mucho del periodo menstrual y a quedarnos con las preguntas por pena, pero lo peor es que nos lavan el cerebro cada vez que asumimos el ciclo menstrual con asco, pereza e inconformismo… porque finalmente nos manipulan con palabras como loca y enferma.
La buena noticia es que existen opciones para empoderarse, la copa menstrual es una alternativa bastante antigua y por lo general aquella mujer que utiliza el método reutilizable, es decidida y arriesgada, está mentalizada en buscar lo mejor para su salud y quiere conocerse completamente, pero además piensa en el medio ambiente. Entiende la magnitud del cambio y se da cuenta que no tiene por qué llenar la basura del baño con desechables inservibles, si su sangre en estado natural es el mejor indicador de salud.
Llevo usándola 4 años y lo más importante es que el producto invita a conocerte, a palpar las paredes de la vagina, hacer movimientos de kegel para sacarla, fortalecer la base pélvica y observar la verdadera consistencia de tu menstruación. Usar la copa es una experiencia interesantísima, a un costo irrisorio frente al gasto que se tiene en toallas y tampones. Para algunas atreverse al cambio es un paradigma, les parece grande, creen que es molesta o que no les cabe, pero lo que es cierto, usar la copita es cuestión de actitud y de querer conocer más de una misma.
Crear, pintar y tejer mándalas está de moda, tiene tantos beneficios para la salud, como para disminuir la ansiedad. Es un ejercicio que permite generar un estado de meditación, conectando ambos hemisferios cerebrales para facilitar el equilibrio emocional y energético de nuestro cuerpo.
El término mándala es originario de la India, incorpora figuras geométricas y su función es ser un poderoso aliado en la meditación y en la sanación. El mándala trabaja como centro energético de equilibrio para transformar el entorno, aquietando la mente de quien lo trabaja. También es común escuchar que colorearlo en compañía, puede ser útil para activar una vida plena en pareja, ya que aprendes a tener control de los problemas externos y a concretar los pensamientos asertivamente.
La técnica de tejer mándalas aunque es mucho más exigente que pintar, no requiere conocimiento previo en otras disciplinas, solamente se vivencia como una expresión del alma que estimula los sentidos, la creatividad y purifica la energía porque ayuda a meditar de forma activa. El escoger los colores, los tejidos y combinarlos entre sí genera procesos de sanación muy específicos.
Al tejer o pintar mándalas, generalmente se recupera la tranquilidad porque devuelve la calma mental, se le asocia comúnmente como una actividad que desarrolla la paciencia, potencia la concentración y despierta los sentidos, ya que al acabar su proceso creativo, lo más recomendable es contemplar el trabajo realizado y permitir que el resultado hable por sí solo, dando sentido al encuentro que se propició. Entre sus ventajas se destaca la quietud mental, potencia los estados positivos como paz, alegría, seguridad y belleza; disminuyendo los estados negativos como el miedo, el estrés y la depresión, porque al utilizar los colores, activamos los tonos en el cuerpo a través de los chacras y alimentamos la vibración a nivel terapéutico.
En la medida que utilizas algunos colores, su selección influye en los procesos sanadores que estás buscando, adicionalmente el hacer mándalas está recomendado para niños con dificultades de atención y comportamientos desequilibrados:
No te preocupes, sólo elije a tu gusto, la guía eres tú:
Blanco: Búsqueda Espiritual, hace alusión a lo divino.
Azul turquesa: Conexión espiritual con seres de luz.
Verde: Amor propio y al prójimo, sanación de emociones generalizadas.
Morado, lila: Energía de elevación y coherencia.
Amarillo: fortalece la asimilación de las emociones.
Naranja: Acrecienta la energía femenina, la vitalidad y la fecundidad.
Rojo: Asociado con el corazón y el hígado, éste color trabaja la vitalidad, el amor y la protección.
Si te has enterado de la existencia de la copa menstrual, seguramente estés pensando en adquirir una y es posible que encuentres un mercado lleno de marcas blancas y también piratas, asimismo verás que los precios fluctuarán y antes de decidir, te ayudaremos con una guía práctica para comprar la copita ideal.
Es verdad que el precio de algunas es ridículo, pero ¿de qué depende? Al comprar una marca reconocida, no solo garantizas la calidad de un producto femenino, sino que también ayudas a un proyecto ambiental, apoyas la producción local y estimulas proyectos ecoambientales. Al comprar una copa barata, no solo no hay garantías de calidad, sino que también podrías estar usando un producto elaborado en Látex, termoplasto, o caucho vulcanizado, el cual contiene altas dosis de petroleo y es altamente perjudicial para la salud íntima.
Solicita sellos de garantía: Si vas a comprar una copa menstrual, cerciórate del material de fabricación. La silicona médica hipoalergénica, lleva más de 30 años siendo el material ideal, ya que dura hasta 10 años, no altera el pH vaginal y es completamente biodegradable en poco tiempo.
Asegúrate de recibir la copa completa: La presentación adecuada incluye la caja, bolsa de tela e instrucciones de uso. Si te encuentras con una copa en bolsa plástica, es hora de activar las alarmas porque ésta debe traer su bolsa de tela, para permitir que el producto respire y se mantenga en óptimas condiciones.
Sabemos que es tentador encontrar precios cómodos, pero en copas menstruales lo mejor es NO escatimar, ya que las originales están fabricadas en materiales de alta calidad como la silicona médica, la cual NO es económica como el látex o los plásticos. Si te encuentras con un precio bastante económico, es posible que su compuesto de fabricación sea de dudosa procedencia.
Quienes desarrollan el producto llegaron a la conclusión de que el silicón quirúrgico es el material ideal porque es inerte y ofrece una alternativa adecuada y segura para aquellas mujeres alérgicas al látex. Por eso antes de comprar una copa menstrual, investiga. No escatimes con tu cuerpo, la vagina merece cuidado y trato respetuoso.
Si vas a usar la copa menstrual, es posible que te hayan advertido que debes aprender a conocer tu cuerpo para evitar filtraciones, si por el contrario ya la estás usando y sufres pérdidas, es normal que tome tiempo conocerte para reconocer qué estás haciendo mal; no a todas les pasa, pero ésta es una guía práctica para aprender a usarla correctamente.
El cuello uterino, o cérvix es la parte más estrecha del útero, se parece al glande del pene o a la punta de la nariz, tiene un punto en el medio y es de ahí de dónde proviene la sangre menstrual, así que la idea es ubicar la copita justo debajo del cérvix para que pueda recoger el fluido, de lo contrario las temidas pérdidas harán su aparición en la ropa interior. Es común sentir que la copa pudo desplegarse entre las paredes vaginales, pero si el cuello uterino está fuera la copa, ésta no podrá hacer su labor.
Cónoce tu cervix, no es un pecado palpar un órgano tan importante y desconocido entre las mujeres. No está de más las advertencias básicas de higiene, como lavar las manos adecuadamente con agua y jabón antes de empezar el reconocimiento. Es fácil sentir que la copa pudo desplegarse entre las paredes vaginales, pero si el cuello uterino queda fuera, no podrá hacer su labor. Recuerda sentirlo y apuntar la copita en esa dirección, así evitarás accidentes.
Algunas veces cuando colocamos la copa tendemos a introducirla mal porque no nos damos cuenta que nuestra vagina se encuentra inclinada hacia la base de la columna vertebral, quedando la copa mal colocada. Así que guiate un poco más con la imagen para entender qué es lo que sucede si no la ubicamos bien.
Si no verificas la apertura de la copa luego de colocarla, es posible que queden ondulaciones o quede presionada por la falta de aire al interior del ducto vaginal. En éste caso lo mejor es descenderla unos milímetros, sin que se salga, para que pueda desplegarse con mayor aire. Es importante saber que durante el periodo menstrual, el cuello uterino desciende unos milímetros acortando el ducto, es por eso que la copa Ágata puede usarse más arriba, justo debajo del cérvix para evitar goteos. Si por el contrario no has experimentado fugas o no ubicas tu cérvix, no te preocupes, pues eres una de las mujeres cuyo cuello uterino está tan adentro y arriba de tu vagina que no te afectará en el uso de la copa.
Para asegurarte que no ha quedado ningún pliegue dentro de la copa, presiona ligeramente la base y dale medio giro a tu copa menstrual, empújala hacia dentro, para asegurarte que está introducida completamente y sujeta por las paredes vaginales, así le dirás adiós a las pérdidas de una vez por todas.
Mientras la sociedad evita tocar el tema, el tabú menstrual anda por nuestro cuerpo y se adueña de nuestra ropa interior; la televisión muestra una menstruación de color azul y los productos sanitarios nos invitan a «oler mejor» y a ocultar esos días bajo una capa de químicos y algodones industrializados.
Sumado a eso, aunque parezca increíble la regla también está presente en la política y en la religión, convirtiéndose en un arma poderosa para manejar a las mujeres durante su ciclo fértil, desnaturalizando un proceso biológico, para ocultar nuestra ciclicidad e ignorar un proceso normal. Menstruar genera controversia porque sigue siendo un secreto a voces y se mantiene así para evitar que podamos elegir lo mejor para nuestro cuerpo, debido a que existe un sistema que nos controla con productos desechables, pastillas anticonceptivas y una pedagogía alejada de la mujer consciente y menstruante.
Lastimosamente nuestra cultura se enfoca en el desprestigio al cuerpo femenino, alimentando el odio hacía los cuerpos «imperfectos», que a lo largo del tiempo muchas sufrimos. Y es que el ciclo menstrual y sus fases tienen implicaciones a todo nivel: físico, mental y anímico, por eso al perpetuar la creencia de que el periodo es una enfermedad, lo único que logra es perpetuar la ignorancia sobre nuestra fisionomía y capacidades.
Sí al contrario, una mujer conoce cómo funciona su cuerpo, comprende sus cambios cíclicos y cuestiona los tabúes en torno a su periodo, podrá vivir con menos vergüenza y autonomía de su naturaleza femenina, porque aunque la menstruación existe desde el enfoque científico, también es necesario crear conocimiento que exista desde la experiencia personal de cada una para validar el proceso. Si nos definimos desde el insulto, la extrañeza y la carencia, así nos sentiremos en relación con nuestro cuerpo, por eso de nosotras surge el error y es nuestra responsabilidad si deseamos perpetuar el problema.