Crear, pintar y tejer mándalas está de moda, tiene tantos beneficios para la salud, como para disminuir la ansiedad. Es un ejercicio que permite generar un estado de meditación, conectando ambos hemisferios cerebrales para facilitar el equilibrio emocional y energético de nuestro cuerpo.
El término mándala es originario de la India, incorpora figuras geométricas y su función es ser un poderoso aliado en la meditación y en la sanación. El mándala trabaja como centro energético de equilibrio para transformar el entorno, aquietando la mente de quien lo trabaja. También es común escuchar que colorearlo en compañía, puede ser útil para activar una vida plena en pareja, ya que aprendes a tener control de los problemas externos y a concretar los pensamientos asertivamente.
La técnica de tejer mándalas aunque es mucho más exigente que pintar, no requiere conocimiento previo en otras disciplinas, solamente se vivencia como una expresión del alma que estimula los sentidos, la creatividad y purifica la energía porque ayuda a meditar de forma activa. El escoger los colores, los tejidos y combinarlos entre sí genera procesos de sanación muy específicos.
Al tejer o pintar mándalas, generalmente se recupera la tranquilidad porque devuelve la calma mental, se le asocia comúnmente como una actividad que desarrolla la paciencia, potencia la concentración y despierta los sentidos, ya que al acabar su proceso creativo, lo más recomendable es contemplar el trabajo realizado y permitir que el resultado hable por sí solo, dando sentido al encuentro que se propició. Entre sus ventajas se destaca la quietud mental, potencia los estados positivos como paz, alegría, seguridad y belleza; disminuyendo los estados negativos como el miedo, el estrés y la depresión, porque al utilizar los colores, activamos los tonos en el cuerpo a través de los chacras y alimentamos la vibración a nivel terapéutico.
En la medida que utilizas algunos colores, su selección influye en los procesos sanadores que estás buscando, adicionalmente el hacer mándalas está recomendado para niños con dificultades de atención y comportamientos desequilibrados:
¿Cómo escoger el color ideal?
No te preocupes, sólo elije a tu gusto, la guía eres tú:
Blanco: Búsqueda Espiritual, hace alusión a lo divino.
Azul turquesa: Conexión espiritual con seres de luz.
Verde: Amor propio y al prójimo, sanación de emociones generalizadas.
Morado, lila: Energía de elevación y coherencia.
Amarillo: fortalece la asimilación de las emociones.
Naranja: Acrecienta la energía femenina, la vitalidad y la fecundidad.
Rojo: Asociado con el corazón y el hígado, éste color trabaja la vitalidad, el amor y la protección.