Así es, estoy cansada de tener que arreglar cada tanto mi frágil confianza hacia los hombres heterosexuales y veo algo jodidamente mal en ello. Mientras más valiosa y valiente me siento gracias al feminismo, más rota y dolida me deja el machismo y la misoginia.
Es triste ver como los hombres solo nos miran como juguetes sexuales y día tras día escucho mujeres quejarse porque sus parejas no las valoran, o porque parece que nosotras no pudiéramos ser seres deseantes en ningún momento. No hago sino pensar que el gran tabú de estos tiempos se ha vuelto la ternura, la gratitud, la complicidad y la humanización de la compañera sexual.
Me duele ver como la lucha feminista muere degradada en la peor escena de porno imaginable, porque al parecer los machitos solo quieren usar nuestro cuerpo como sanitario. Parece increíble tener que hacer énfasis en que acostarse con alguien es de gran intimidad y que el acto sexual no es un gimansio, ni nosotras una maquina para hacer pierna.
Me parece absurdo en pleno siglo XXI tener que decir «Soy un ser humano, mírame a los ojos y respétame» para ver si paran de pensar en agujerearme los agujeros, o que unicamente me vean como un juguete sexual. Qué desdibujado ha quedado el respeto hoy en día, sobretodo cuando veo que a los hombres heterosexuales les genera repulsión el cariño, porque al parecer están tan confundidos que piensan que abrazar a la compañera sexual significa matrimonio.
Gracias a @adee_sintierra por su magnifica ilustración
y al #feminismo por abrirme los ojos.